Cuando el pueblo se levantó en armas en 1810, la bandera que utilizó Miguel Hidalgo fué un lienzo con la imagen de la virgen de Gudalupe que tomó de la iglesia de Atotonilco.
En cambio, el 2 de noviembre de 1821, Iturbide decidió que el orden de los colores de la bandera serían verde, blanco y rojo con franjas verticales, figurando en el centro la imagen de un águila coronada.
El 14 de abril de 1823, el Congreso Constituyente Mexicano decretó que el escudo sería el águila parada sobre un nopal, agarrando con la pata derecha una serpiente. Se especificó así por el significado que el pueblo azteca dio a esos elementos: El águila se identificaba con el sol. La serpiente con la diosa Coatlicue. El nopal y su fruto(tuna) representaban el corazón humano. Esta imagén se originó de la fundación de México Tenochtitlán en 1325. Quien se encargó de reglamentar los colores del lábaro patrio con el águila de perfil, fué Venustiano Carranza.
Los colores de la bandera mexicana, tienen al igual que el escudo, su significado partícular:
El verde: Simboliza el ideal de independencia política de México, no sólo con relación a España, sino también de otra nación.
El Blanco: Es la pureza de la religión católica, principio activo de la unidad nacional.
El Rojo: Representa la unión entre los indios, mestizos, criollos y españoles residentes de México y, en general entre todos lo que constituían la población mexicana.
Sus tres colores, son tres garantías que definen las ideas políticas que impulsaron el proyecto de independencia nacional, y de los mexicanos que iniciaron la construcción de un Estado libre y soberano.
Asi llegamos a la bandera que conocemos hoy, la cual se ondeó por primera vez en el Palacio Nacional el 15 de septiembre de 1917 y después en 1934, ya que en ese año se creó el Día de la Bandera Mexicana y a partir de entonces se celebra cada 24 de febrero. Esta festividad fue oficialmente reconocida en 1940, por el decreto del Presidente Lázaro Cárdenas del Río.