martes, 28 de octubre de 2008

HISTORIA DEL DIA DE LOS MUERTOS

ORIGENES DEL DIA DE MUERTOS (2 DE NOVIEMBRE)



Los días en que se lleva a cabo la celebración no son para todos los pueblos el 1 y 2 de noviembre, como lo marca el calendario católico; pues muchos grupos indígenas comienzan la conmemoración a sus familiares fallecidos desde el 28 de octubre y la terminan el 3 de noviembre.
Como ya se mencionó, ésta festividad tiene dos raíces, la prehispánica y la española
y para tener claro los elementos de una y otra cultura que a la fecha se presentan en las celebraciones hechas a los muertos en diversas regiones del país, es conveniente hablar un poco de las tradiciones prehispánicas dedicadas al culto a los muertos y de la influencia española que éstas recibieron a raíz de la Conquista.

Ceremonias dedicadas a los muertos

Son muy pocas las referencias de las festividades dedicadas a los muertos en la época prehispánica, según las diferentes fuentes, estas se realizaban en diversos meses ya que al mismo tiempo se rendía culto al dios de la fiesta. Estas festividades eran muy solemnes, se entonaban cantos, se danzaba, se ofrecían todo tipo de ofrendas a las imágenes de los dioses y a las sepulturas de los muertos: flores, frutas, gallinas, maíz, vestidos, mantas, legumbres e incienso. Sacrificaban jóvenes doncellas o esclavos de acuerdo al carácter de la fiesta y al dios al cual se dedicaba.

Fray Diego Durán dice que en el ritual indígena nahua había dos fiestas en que se realizaba el culto a los muertos, estas eran; en primer lugar, el Miccailhuitontli o Fiesta de los Muertecitos que se conmemoraba en el noveno mes: y repartidas las flores» (agosto de Tlaxochimaco, que quiere decir «cuando son dadas nuestro calendario), donde se recordaba a los niños muertos: con ofrendas y sacrificios en su memoria. Además se realizaban otros rituales dedicados al dios Huitzilopochtli, en las que se le ofrendaban flores, incienso y comida. La segunda celebración se conocía como la Gran Fiesta de los Muertos Hueymihcailhuitlsignifica «cuando cae y , que se realizaba en el décimo mes del año Xocotl Huetzi, que acaba la fruta». Estas fiestas además de dedicarse a los muertos también eran propiciatorias de la debido al hielo se temía agricultura ya que, la muerte de las sementeras, por lo cual se hacían ofrendas y sacrificios


Las ofrendas
La festividad del Día de Muertos se divide en dos partes. Una destinada a los niños o «angelitos» {Oct. 31 y Nov. 1} y la de los adultos {Nov. 1 y 2}. La colocación de las ofrendas se empieza a hacer dos días antes de las fechas indicadas, pues se tiene que preparar un altar adornado en forma de arco con rama de sauce, ya sea sobre una mesa o en la ausencia de esta, la ofrenda se pondrá en el suelo.
El altar estará adornado con flores de cempasúchil, flor de cacalosúchil, de diferentes colores y la flor de muertos, estas dos últimas de origen silvestre; además, se colocarán los alimentos que preferían los difuntos.
En el caso de los niños, quienes llegarán primero, la comida que se ofrendará será sin picante, acompañada con refrescos, atole, chocolate, café y el tradicional pan de muerto, este en su generalidad tiene forma humana, además se pondrán frutas, elotes hervidos o asados; dulces, por lo general con figuras de animalitos o angelitos, vasos con agua, veladoras y/o velas encendidas. Para darles el recibimiento adecuado, se tendrá que quemar la goma de copal tres o cuatro veces al día en un candelabro –recipiente de barro exclusivo para este rito– propiciando un aroma agradable que servirá como relajante y así puedan descansar los visitantes, pues se tiene la creencia que el recorrido debió ser agotador; todo lo anterior, será acompañado con el repiquetear de las campanas que se localizan en la torre de la iglesia del pueblo.

Uno de los aspectos de esta tradicional fiesta es la concentración de los vecinos del poblado en el panteón municipal para arreglar las tumbas de sus muertos, pues las almas de sus difuntos retornan a su lugar.
En este bullicio encontramos que las sepulturas se encuentran cubiertas con flores de cempasúchil, veladoras encendidas, algunas frutas y comida. También se da el trueque de los artículos que se llevan o simplemente se comparten con las personas que se acercan a saludar.
También es característico que la banda de música del pueblo se haga presente en el panteón, tocando marchas fúnebres en algunas sepulturas, aclarando que sólo es en algunas, dado que los integrantes sólo lo hacen a cambio de una remuneración económica, un cartón de cerveza o a cambio de unos litros de aguardiente.


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